martes, 2 de diciembre de 2008

China: ¿impresión? ¿decepción?


Ambas...

Llevamos algo más de 72 horas en Shanghai, y las sensaciones has sido varias, y muy distintas.

Es innegable el coloso que se presenta ante nosotros nada más llegar a Shanghai. Habiendo vivido mucho años en NY, realmente sorprende el tamaño de esta ciudad. Es como Manhattan, multiplicado a la potencia: muchos rascacielos, muchos edificios altos de viviendas (de más de 30 plantas), mucho mucho mucho ladrillo... Arquitectónicamente, realmente es un espectáculo digno de mención: todos los grandes rascacielos son llamativos, con estilos muy diferentes, diseños atrevidos y materiales curiosos, pero portadores todos de un algo especial y grandioso.

La extensión de la ciudad es tremenda. No solo se ha construido a lo alto, sino también a o ancho. Y no para. Cuando uno mira al horizonte desde alguno de los edificios altos (Jin Mao Tower, Shanghai World Financial Center, etc.) se aprecia una interminable extensión de vida... tan solo limitada visualmente por la densa capa de polución. Y es que realmente, la polución es apabullante. No solo hay una constante sensación de pesadez en el ambiente, que notoriamente se percibe después de caminar mucho por la calle (falta de fuelle, nariz reseca, etc.), sino que visualmente, se esté dónde se esté, siempre hay una clara capa grisácea en la atmósfera, que se diluye con el azul del cielo según uno va alzando la vista hacia el cielo. Al atardecer, con la caída del sol, parece hacer acto de presencia una neblina, típica de ciudades como Londres, pero que en este caso más que ser neblina, es una condensación de polución... Impresionante.

Desde el punto de vista de su grandiosidad, la ciudad impresiona, sin duda. Desde el punto de vista de su originalidad, decepciona, en el sentido de que en ciertos momentos y en ciertas partes de la ciudad, uno podría encontrarse en cualquier megalópolis del mundo, aparte de en Shanghai. Se hecha en falta contenido de cultura local, ambiente lugareño (como en Bangkok, por ejemplo). Al final, Shanghai es una gran urbe, masiva e impactante, pero que no aporta mucho valor a aquellos que tal vez vayamos buscando un impacto proveniente de la milenaria cultura del país.

Guardo esperanzas con la visita a Beijing dentro de 3 días...

Saludos.

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