martes, 11 de noviembre de 2008

Comunicando sin parar



A veces tengo la sensación de que no somos en absoluto conscientes de la revolución que, no solo ha supuesto ya, sino que supondrá Internet para el futuro de la humanidad... Desde mi humilde punto de vista, creo que estamos antes una revolución de dimensiones muchísimo mayores a la Revolución Industrial de finales del siglo XVIII, principios del XIX.

Internet poco a poco deja de ser una herramienta, una mera utilidad, para ir ganando terreno y convirtiéndose en el epicentro de todo este "terremoto". Sin darnos cuenta, nuestra vidas giran cada vez más entorno a Internet, hasta puntos de los que nos somos realmente conscientes. Comprar, leer, ver facturas, hacer transacciones, aprender, etc. son comportamientos que casi sin darnos cuenta realizamos a diario, siempre en la Red.

Pero de entre todas aquellas acciones que realizamos con la Red, la que más me llama la atención, es sin duda la de comunicar. El hombre, como animal, se comunica son sus semejantes, al igual que lo hacen los miembros de una misma manada. Pero al dotar al hombre del habla, como capacidad intrínseca a su especie, está capacidad comunicativa se multiplica exponencialmente. Si además, dotamos al mismo hombre, animal que habla, de una herramienta como Internet, entonces la capacidad comunicativa no solo se multiplica, sino que se vuelve infinita.

Comunicamos principalmente con el habla. Pero también los hacemos con el olfato, con la mirada, con el tacto. Al comprar el pan, comunicamos. Al saludar y dar la mano, comunicamos. Al mirar a una persona, comunicamos. Comunicamos sin parar y sin darnos cuenta. Y a eso, se añade un mundo infinito de posibilidades brindadas por Internet. El correo electrónico deja de ser un medio de comunicación corporativa para convertirse en un medio de comunicación diario (que se lo pregunten a RIM-Blackberry) y prácticamente fundamental. Los servicios de mensajería instantánea, tipo MSN Messenger, dan la opción de comunicar por escrito de forma instantánea, a semejanza de cualquier conversación hablada, con cualquier persona, en cualquier sitio del mundo y en cualquier momento. Los servicios de telefonía por líneas de datos, como Skype, multiplican las opciones del mencionado Messenger, pues ya ni siquiera hace falta escribir, solo hablar, incluso con opción de verse las caras por webcam. El Twitter nos ofrece la opción de comunicar al mundo lo que uno hace en todo momento, de forma también instantánea. Los blogs (maravilloso blogs...) dan a todos, y cuando digo a todos, me refiero a TODOS y cada unos de los ciudadanos del mundo (ahí es nada...), la opción de tener un altavoz a su disposición mediante el cual plasmar ideas, opiniones, pensamientos, etc. Las Redes Sociales tipo Facebook, Tuenti, MySpace, etc., ofrecen la opción de compartir momentos, vivencias, sensaciones con amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. Cosa que también se puede hacer ya desde Flickr (para fotos), Youtube (para vídeos), etc. Todos estos son simples ejemplos del amplísimo abanico de posibilidades que nos ofrece Internet...

Sin darnos cuenta, realmente no paramos de comunicar. Y esto facilita la comunicación, tanto entre personas como a nivel corporativo, al ofrecer una variedad asombrosa de nuevos canales. Pero también complica el control, sobre todos para las empresas, que hay que hacer de dichos canales, para saber qué se comunica, cómo se comunica y a quién se comunica. La nueva comunicación corporativa da para mucho, por lo que se tocará el tema otro día.

Saludos.

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