viernes, 21 de noviembre de 2008

Aprendiendo a pensar

Hoy hemos entregado el proyecto final del Master. A falta de presentarlo en público y defenderlo, esto es básicamente el principio del fin de 14 meses de postgrado.

Hemos aprendido, bastante diría yo. Mucho de ello permanecerá, y mucho se perderá. Afortunadamente, la mente es muy selectiva. Sin embargo, realmente tengo la sensación de que el aprendizaje técnico, es decir de conceptos específicos aplicados a la gestión de empresas, no conlleva mérito especial alguno. Parto de la base de que una persona capacitada podría adquirir prácticamente los mismos conocimientos consultando una cantidad determinada de manuales o libros.

Me he dado cuenta de que el valor verdadero de un programa tan intenso como el IMBA, es por un lado aportar una base sólida de conocimientos genéricos de gestión (un poco de todo), pero sobre todo, crear en el individuo una capacidad específica de análisis. Pasa el tiempo, transcurren los meses, las asignaturas, y sin darte cuenta cuando llega el final del programa, has adquirido una capacidad analítica impresionante, que te permite discernir lo importante de lo no tan importante. Dónde antes veías cantidad, ahora rápidamente eliminas la "paja" y seleccionas la calidad. Dónde antes dedicabas 2 horas, ahora posiblemente no necesites más de 45 minutos. Puede sonar raro, pero realmente ese es el valor añadido de un Master, aprender a gestionar.

Ahora que realmente se acerca el final, uno puede hacer un pequeño balance de la experiencia. En el plano personal, ha sido sin duda una de las experiencias más potentes que he podido vivir: pocas veces (o ninguna) podré volver a interactuar a diario con más de 50 nacionalidades, aglutinando un bagaje tan variopinto de experiencias, personales y profesionales. A esto, añadir el contacto con profesores y demás profesionales de gran talla (otros, no tanto). En el plano profesional, lógicamente la experiencia reside en la cantidad de contactos que se materializan. Pero, en mi opinión al menos, tiene muchísimo más peso la experiencia persona, irrepetible e intransferible.

A todos aquellos que estén en duda sobre si realizar o no un Master, lo recomiendo encarecidamente como fase de madurez y crecimiento personal. A por ello!!

Saludos.

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